Diario Hoy, 28 de Julio del 2011
Es
uno de los iconos arquitectónicos y urbanos que la ciudad posee, tiene base
antes de la época de la independencia. Desde 1814-15 ya existía la intención
del cabildo porteño de crear un camposanto, por el cerro San Lázaro, donde se
enterraba a la gente de escasos recursos, porque ya las cofradías no daban
abasto.
Las
cofradías eran las asociaciones que formaban los cementerios, en cada una de
las iglesias, ya que cada una poseía un camposanto organizado, incluida la matriz,
que es la actual Catedral.
Debido
a que la ciudad crecía y lo existente no daba abasto, fue necesario organizar,
un camposanto que estuviese en el lugar que hoy conocemos como el Cementerio
General, y el cabildo promovió que así fuera.
En
1988 le pasa la competencia del Cementerio Municipal a la Junta de Beneficencia de
Guayaquil y con el incremento de la riqueza de muchas familias de la ciudad,
fruto de la exportación del cacao, se comienza a embellecer el cementerio con
mauseológicos puntos escultóricos, que fueron
trabajados por escultores españoles, italianos, franceses, que llegando a
Guayaquil, justamente traídos por familias importantes y de muchos recursos que
habían en la ciudad, hicieron algunos de los más bellos conjuntos escultóricos
que se conocen en la ciudad.
Al
entrar por las puertas No. 2 y 3 del cementerio, se da cuenta de que Guayaquil
entre las dos últimas décadas del siglo XIX las dos o tres primeras décadas del
siglo XX, llegó a poseer uno de los cementerios más bellos del mundo, no solo
por la belleza de sus mausoleos sino
también por lo esplendoroso y fantástico monumentos que se crearon dentro de
él.
Desde
el punto de vista de ornato, tuvo un renacimiento que hizo que en pocos años
fuese comparado con el cementerio de Génova, que se asume que es el más bello
del mundo. Muchos escultores de extraordinaria importancia, dentro de Italia,
vinieron hasta nuestra ciudad he incluso se quedaron viviendo en ella, dejando
un importantísimo legado artístico.
Es
por este motivo que el Cementerio de la ciudad de Guayaquil, el Cementerio de la Junta de la Beneficencia , esta
postulado para las “7 Maravillas de Guayaquil”, porque el conjunto escultórico
que posee, y el conjunto de mausoleos que tiene no solamente son increíblemente
variados, sino que también son extraordinariamente hermosos.
En
el Cementerio existen conjunto de bóvedas bonitas, pero lo interesante son los
mausoleos, que son el conjunto de bóvedas de una sola familia, metida en una
edificación con características determinadas, independiente de esto, hay tumbas
aisladas de matrimonios, de una sola familia, que están ornamentadas por alguna
familia y esa es una de las razones por las cuales llama tanto la atención,
porque la cantidad de esculturas que se encuentran en el cementerio es inmensa
y todas son de un valor estético formidable, es por este motivo que es
patrimonio el cementerio, porque es como un museo. Al cementerio se lo conoce
también como la Ciudad Blanca
En
la actualidad son pocas las personas que hacen mausoleos porque su valor se
asemeja al valor de una casa, diferente a lo que ocurría en épocas antiguas era
común la realización de mausoleos
Las
últimas puertas, representan a un conjunto gigantescos de bóvedas, y cuyo valor
llega a ser similar al de establecimientos como “El Parque de la Paz ” o “Jardines de la Esperanza ,” con lo que
se evidencia que no es un lugar que determina algún tipo de clase social.
El
cementerio lo ha manejado la
Junta de la
Beneficencia , y el cambio trascendente que ha tenido es la construcción
de bóvedas en cantidades increíbles, hace unos 15 años atrás se realizaron los
gigantescos edificios de cuerpos de bóvedas que dan hacia el cementerio
protestante, eso es nuevo, pero no hay más cambios, porque ha sido siempre muy
organizado, ha estado siempre bien resguardado y se ha cuidado su limpieza. No
se observa una regeneración pero sí una ampliación, ya que el área que ocupa no
crece, pero la cantidad de muertos si varía, por lo cual el cementerio con el
pasar de los años ha adquirido más volumen para tener más bóvedas.
Opinión de la gente sobre El Municipio
Gloria
Ortiz
Esto era feo, ahora
ha cambiado, está tan limpio, tan aseado, incluso las cosas les hacen más
rápido a las personas. Los colores del Municipio son suaves y acordes con los
de las personas que transitan por ese lugar. Es un lugar al que no solo los
turistas deben de llegar sino todo el mundo.
María
Rocafuerte
Antes esto era una
ratonera, una inmundicia que no se podía llamar Municipio, ya que era urinario
público, cuando las personas iban a realizar un trámite los olores eran feos,
ahora es un excelente Palacio Municipal. El lugar es ideal para realizar
turismo y lo que más le gusta de las cercanías es el reloj público.
Jorge
Mayorga
El lugar es muy
bonito, la gente sabe que eso es un palacio por las esculturas y todo ese tipo
de cosas porque realmente fue una gran idea de cerrar eso y la gobernación y
hacer un parque y quedó muy bonito. Los turistas llegan al lugar porque esta bien
iluminado y pintado, sobretodo en la noche. En la época antigua no entregaban incluso
recibo, sino lo que las máquinas sumadoras daban como resultado, el dinero
había que colocarlo en un cajón. El lugar fue un festín político hasta que
llegó León Febres-Cordero. Ciertas áreas son nuevas pero sin dañar la
infraestructura.
Noemí
Pérez
Estatuas tipo
góticas, greco-romanas, un cielo de vidrio y por eso vienen los turistas, ya
que les llama la atención la estructura física con los escudos que hay en las
esquinas, los dinteles, los acabados, todo ese tipo de labrado. A parte de los
turistas van estudiantes de bellas artes.
Yadira
Román
El lugar es
arquitectónico, todo eso que se ve en el labrado, en el tiempo de ahora no es
igual. En el Palacio Municipal observamos que cada pieza fue hecha como un
detalle, es hermoso lo que tenemos para mostrar a los turistas, sobretodo
porque ciertos edificios que se veían decadentes los van remodelando, lo que
nos permite mostrar un nuevo Guayaquil y que verdaderamente resurja de las
cenizas.
